En la prevención está la clave

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Garantizar la seguridad y la salud entre empleados, proveedores, empresas colaboradoras y la sociedad en su conjunto, es un compromiso adquirido por GPG y Gas Natural Fenosa en su Política de Responsabilidad Corporativa.

Este constituye uno de los ejes principales de actuación estratégica de la compañía, que tiene como objetivo prioritario la erradicación de la siniestralidad laboral y el respeto a la salud de todos en las instalaciones gestionadas por GPG.

Por eso, tras un repunte de la accidentalidad en 2011, nació el Plan Compromiso Seguridad y Salud, aprobado en junio del año siguiente. Este proyecto transversal, impulsado por la alta dirección, supone un compromiso irrenunciable, aplica a todos los países, adaptándose a la realidad social de cada uno, y también a todos los empleados y empresas colaboradoras.

El Compromiso Seguridad y Salud, con una identidad característica representada por el sello de seguridad y la manzana, surgió con el reto de conseguir un cambio cultural en GNF; afianzar la creencia de que es una responsabilidad de la Dirección e individual; garantizar la seguridad y salud de todos los implicados; convertirnos en referentes en esta materia a nivel mundial; establecerlo en una palanca estratégica hacia la homogeneización y la eficiencia; y por último, optimizar los resultados, logrando 0 accidentes.

Para lograrlo, se realizan numerosas actividades dirigidas a la concienciación, para que la seguridad y la salud se interioricen como inquietudes y compromisos personales de todos los empleados y contratistas del Grupo. En definitiva, se busca que todos tengan presentes en su día a día los cinco principios que guían la política de GNF en este sentido: Nada es más importante que la seguridad y la salud; todo accidente puede ser evitado; la seguridad es una responsabilidad de la Dirección y también una responsabilidad individual; y, por último, todos los trabajos se deben planificar y ejecutar pensando en la seguridad.

Con la implantación del Compromiso Seguridad y Salud se ha conseguido reducir la accidentalidad en menos de tres años en un 54% en el Grupo. Sin embargo, no nos conformamos con el cumplimiento de obligaciones legales y apostamos por la mejora continua.

Pero, ¿y si la prevención falla?

En GPG y GNF trabajamos para poder evitar todos los accidentes, pero lo cierto es que, en algunos casos, las tareas de prevención no son garantía de ello, ya que existen muchos factores, asociados a nuestra condición de humanos u otros impredecibles como los fenómenos naturales, que no se pueden controlar. Por ello, una vez hecho el trabajo de prevención, también es importante contemplar y procedimentar la peor de las situaciones, el accidente, para mitigar sus consecuencias.

Esta es la teoría de Otwin Renn, gestor de riesgos y prevención de catástrofes del Gobierno Federal alemán, que apuesta por que los protocolos de intervención cuando los accidentes ya se han producido sean incluso más extensos que los manuales de prevención de accidentes. Su filosofía ha convertido las centrales nucleares de Alemania en las más seguras y menos dañinas si dejan de ser seguras, y para defenderla se basa en casos reales conocidos, como los de las centrales nucleares norteamericanas de Browns Ferry o Three Mile Island, o los de Chernóbil y Fukushima.

En palabras de Renn, “hemos evolucionado para creer que podemos evitar todos los errores, pero es más inteligente asumir que vamos a cometer alguno y concentrarnos en limitar sus consecuencias. Ponerse el cinturón del coche es el mejor ejemplo de que la prevención más efectiva es la que da por hecho que vamos a equivocarnos”.

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