“Es importante que nuestra presencia contribuya al desarrollo local”

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Francisco José Gay Rodríguez forma parte del grupo desde hace 12 años. Ahora pertenece a GNFidg y se encuentra en Brasil como parte del equipo que ha puesto en marcha las primeras plantas fotovoltaicas de GPG. Desde allí nos cuenta de primera mano los detalles del proyecto y cómo es el día a día en São João do Piauí.

  • ¿Cuánto tiempo llevas con nosotros y en qué áreas has trabajado?

Llevo 12 años en el grupo. Entré en la antigua SOCOIN (Ingeniería de Unión Fenosa) en febrero de 2005 para trabajar en las obras de Anllo y Arroibar, dos minihidráulicas situadas en el río Lérez, cerca de mi ciudad, Pontevedra. Cuando inició su andadura GPG me encontraba en el gasoducto de la Mariña Lucense en las filas de GNF Engineering. Desde el primer momento pasé a la recién formada GNFidg y comencé a darle servicio a GPG.

Dentro del grupo siempre he estado en el departamento de construcción. Al principio, en SOCOIN, con un papel de constructor o contratista, mis labores en las centrales hidráulicas se centraban en la producción.

Ahora trabajo en ingeniería de la propiedad y supervisión de construcción con GNFidg para los proyectos renovables de GPG, en este momento en las plantas fotovoltaicas de Sobral y Sertao en Brasil. Mis funciones principales son velar por los intereses del grupo en general, implantar nuestra política de seguridad y hacer que se cumplan los estándares de calidad y medio ambiente.

  • ¿Cómo es tu día a día?

Es muy distinto si estoy en la oficina o desplazado a obra. Ahora mismo que estoy en obra, a primera hora paso por las oficinas de São João, donde tenemos una reunión de equipo, leo los emails y hago alguna llamada a España si fuera necesario. Sobre las 8.30 salgo a los emplazamientos: Sobral está a unos 20 minutos y Sertao a unos 40 de São João, que está situado entre ambas plantas.

A las 12h como con el equipo, dos compañeros de GPG que realizan la supervisión civil y mecánica de cada planta, Fernando Colón y Rubén Alemán, así como el coordinador de Seguridad, un inspector, los pilotos del dron y el supervisor eléctrico.

A eso de las 17h regresamos todos a las oficinas a hacer los informes diarios y atender asuntos varios, y luego paso por las oficinas de nuestro contratista para tener una reunión un poco más informal de lo acontecido en el día y lo que esperamos a corto plazo. A eso de las 20h, con un poco de suerte, ya toca disfrutar con los compañeros y amigos de una cerveza bien helada para quitarse el polvo de las centrales y el calor extremo de Piauí.

  • ¿Qué destacarías del proceso de construcción de las primeras plantas fotovoltaicas de GPG?

Sobral y Sertao son dos centrales fotovoltaicas de unos 30 MW cada una. En cada planta se han colocado en torno a 108.000 paneles fotovoltaicos dispuestos en 115 seguidores o trakers que están agrupados en 10 inversores. Con tal cantidad de material uno de los primeros retos es la logística, más en un país del tamaño de Brasil y en una región del interior como Sao Joao do Piauí. También hay que tener en cuenta que cada planta ocupa casi 100 Ha, lo cual también ha condicionado el modo de supervisar los trabajos, y la enorme cantidad de mano de obra que ha sido necesaria.

Pero quizás el gran reto ha sido el tiempo. En prácticamente siete meses las plantas han estado listas para generar y, de hecho, se energizaron las subestaciones, y en 8 meses se han puesto en funcionamiento más de 60 MW. Los plazos han sido muy cortos, incluso para una central solar, un tiempo record. Y tampoco ha ayudado mucho la burocracia loca. Brasil es un país extraordinariamente complejo en cuanto a permisos, impuestos o trámites aduaneros. Afortunadamente, hemos contado con el apoyo de los estamentos oficiales al tratarse de un proyecto de especial interés.

  • ¿Con qué otras unidades de GPG o del grupo habéis trabajado?

Hemos trabajado estrechamente con Desarrollo en su función de directores del proyecto y, en algunos casos puntuales, les hemos dado apoyo en el scouting, visitando posibles futuros emplazamientos aquí en Brasil. La relación ha sido muy estrecha, de máximo respeto y colaboración por ambas partes. Me he sentido muy a gusto trabajando con ellos.

Ahora empezamos a tener relación con Operaciones, que se quedan con el control de la planta y con los que la relación estamos seguros que será igual de positiva. Y del resto del grupo, en el inicio con la extinta EUFER y Generación Peninsular, y también con GNF Renovables (GNFR). Trabajar con las distintas unidades del grupo resulta muy gratificante, además de fácil y directo al usar los mismos procedimientos y compartir objetivos. Tenemos una calidad humana excepcional dentro del grupo.

  • ¿Cómo es la relación con los socios en el proyecto?

En estos proyectos la empresa española GRS es socia en un 15% de las centrales y, PVH, que pertenece a GRS, es la constructora con contrato full EPC. De GRS destacaría la profesionalidad y experiencia en la tecnología solar, de la que hemos aprendido rápidamente. Aunque ya en SOCOIN habíamos tenido experiencia en construcción de huertos solares hace casi 10 años, este tipo de proyectos, por su escala, pertenecen a otra liga.

La parte más complicada siempre que se trabaja con una empresa que no está acostumbrada a trabajar con el grupo es que, en un principio, son reticentes a la hora de asumir nuestro sistema de seguridad y calidad, y en ocasiones presentan actitudes muy reactivas que se agravan en países como Brasil, donde tampoco existe la cultura del compromiso por la seguridad. Para nosotros, lo más importante es la seguridad, por encima de todo, y transmitir esto a empresas que no están acostumbrada a nuestros estándares resulta difícil. Pero con la buena voluntad de ambas partes al final se ha conseguido y podemos decir que no ha habido ningún accidente grave que lamentar.

  • ¿Qué puedes contarnos sobre la licencia social en Brasil?

La región donde se encuentran los emplazamientos está en el interior del Estado de Piauí, una de las zonas más deprimidas de Brasil. Dado nuestro compromiso con la comunidad local, se ha priorizado la contratación de mano de obra local, teniendo en punta de trabajo casi 900 personas. Además, siguiendo la política de compromiso social del grupo, se ha dado un especial apoyo a una comunidad local llamada Quilombola, formada por descendientes de esclavos huidos y con mayor riesgo de exclusión social. Allí se ha reparado un paso sobre el río, que después de las lluvias estacionales se había roto dejándola prácticamente aislada; se va a construir un centro social donde poder reunirse; y se entregarán bolsas de estudios para facilitar el acceso a la universidad. Es importante que nuestra presencia contribuya al desarrollo local.

  • ¿Qué otros proyectos relevantes tenéis encima de la mesa?

Tengo la suerte de pertenecer a una unidad de generación renovable y que la hoja de ruta del grupo y GPG esté orientada a esta tecnología. Mis compañeros están inmersos ya en la construcción de Crookwell y lanzando la de Cabo Leones. En mi caso, me incorporaré al apoyo que damos desde GPG a GNFR para la construcción de los 667 MW eólicos que se han ganado en España y que deben estar terminados antes de 2020.

  • ¿Qué otras áreas de la compañía te resultan interesantes?

En nuestra compañía tenemos la gran fortuna de poder llevar a cabo una amplia variedad de funciones sin salir del grupo. Tras mi trato con Desarrollo en este proyecto, he podido conocer su ámbito y me parece muy interesante. Me gustaría poder trabajar algún día con ellos.

  • ¿Cómo ves a GPG en un futuro?

Cuando pienso en el futuro de GPG recuerdo la frase que me dijeron en mi entrevista de trabajo para entrar en SOCOIN y creo que también aplica a GPG: “Nuestro límite es el mundo”.

Estamos en una empresa joven, pero formada por grandes profesionales con mucha experiencia. Tenemos todos los medios y las ganas para conseguir llegar hasta donde estemos dispuestos.

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