Este proyecto, que surge como una solución a las nuevas necesidades de producir energía eléctrica de una forma amigable con el medio ambiente, fortalece la participación de la compañía en los nuevos mercados energéticos que están naciendo en países como México.
En el país azteca se realizan subastas de energía en el campo fotovoltaico que requieren un amplio conocimiento del desempeño de estas nuevas tecnologías. El laboratorio fotovoltaico, en pre-operativo desde el pasado 9 de junio, permitirá evaluar los parámetros más importantes tanto de operación como de mantenimiento de los paneles solares más distribuidos en el mercado mundial. El objetivo es tener todos los datos que permitan una destacada participación en las subastas de energía y en los nuevos proyectos en los que la compañía decida participar a nivel mundial.
Arranque del proyecto
Para realizar este proyecto se seleccionaron las instalaciones de la Central de Ciclo Combinado Norte Durango, ya que es un sitio adecuado para medir el recurso solar, donde se va a construir posteriormente una planta de energía fotovoltaica. Este sitio permitirá evaluar los efectos locales de temperatura y suciedad en la generación fotovoltaica como paso previo a cuantificar la energía producida y determinar los costes de operación. Se utilizó un área de 2 mil metros cuadrados para este proyecto que se pretende de buenos resultados antes de septiembre de 2017 y permita continuar la evaluación por un año completo.
Construcción
Aunque la construcción de este proyecto, iniciada el pasado 5 de mayo, tomó seis semanas, un tiempo récord para un proyecto de este tipo, los trabajos previos de ingeniería y compras ya llevaban en marcha ocho semanas. Participaron las áreas de Ingeniería GNFidg, GPG Desarrollo, Compras España y Latam, y Construcción, en total, un equipo de más de 20 personas coordinando esfuerzos para este proyecto.
Una vez elegido el sitio más adecuado para instalar el laboratorio comenzaron los trabajos de preparación del terreno y la infraestructura base de este laboratorio. Estos trabajos consisten en preparar las tuberías e instalaciones subterráneas que conducirán la energía hasta el punto de medición. Una vez preparado el terreno, comenzó la colocación de las estructuras sobre las cuales se montarían posteriormente los módulos a evaluar, una estructura diseñada de forma sencilla, pero capaz de ajustarse a cualquier tecnología recibida. Una vez las estructuras estaban colocadas en su lugar, se comenzó con el montaje de los módulos que son parte de las pruebas.
Operación
En el laboratorio se definen cuatro campos de pruebas donde se evaluarán bajo diferentes criterios los módulos que se instalen.
Pruebas de Orientación. Se evalúa la misma tecnología en tres diferentes orientaciones respecto al eje Norte – Sur.
Pruebas de Limpieza. En esta sección se realiza una comparación entre módulos que se limpian y módulos que no se limpian. Entre los módulos que se limpian, se evalúan a la vez diferentes productos hidrofóbicos utilizados para el tratamiento de la superficie de los paneles.
Pruebas de Tecnología. En esta sección se tienen módulos de diferentes tecnologías y simulando diferentes tipos de suelo para las tecnologías de doble cara.
Pruebas de Temperatura-Elevación. En esta área se evalúan las tecnologías instalándolas a diferentes alturas desde el nivel del suelo. A diferentes alturas el impacto del aire enfriará los módulos de forma distinta afectando a la producción de energía, ya que cuanto más fríos, mayor eficiencia.
Resultados
Los resultados están siendo evaluados por un experto en tecnología fotovoltaica desde España y analizados también por el personal de ingeniería de la compañía. En esta colaboración se definen las nuevas pruebas o nuevos equipos a instalar para ser evaluados.
No se pierde detalle a la hora de hacer las pruebas, ya que se evalúan desde las condiciones atmosféricas, como son la temperatura, la humedad relativa, la presión atmosférica y la irradiación, todo con un software especialmente desarrollado para el laboratorio. Se dispone de un trazador de curvas (V-I, Tensión-Intensidad) que monitoriza secuencialmente con dos cajas multiplexoras y un sistema de adquisición de datos, a los 34 módulos, cada 15 segundos. Con la variación de la radiación solar a lo largo del día obtenemos los parámetros básicos de cada módulo (Ic, Voc, Tm, Im, Vm, Pm) y se calcula la energía total que produciría cada módulo al día. Posteriormente se comparan los resultados entre módulos.
Los datos se reciben en tiempo real desde cualquier oficina de nuestra organización. En este momento son hasta diez las tecnologías y de diferentes fabricantes en evaluación y estamos en espera de ver los buenos resultados del esfuerzo que la compañía hace por diversificar su participación en los mercados energéticos.
Un éxito de todos
El gran éxito de este proyecto, tanto en tecnología, como en calidad, coste y plazo, “se debe al equipo implicado, que para conseguir el objetivo buscado ha dado lo mejor de su oficio”, reconoce José María García Bernardo, responsable del proyecto. Un equipo integrado, por un lado, por ingenieros con amplia experiencia en el campo de la ingeniería y en la investigación, y por otro lado, articulado en diferentes organizaciones de GPG (Ingeniería y Construcción, GNFidg España y México, Desarrollo y Operaciones, Central de Durango) y de GNF (Compras, Logística).
Asimismo, es importante destacar que la complejidad y el origen de los proveedores han supuesto fabricar y movilizar urgentemente equipos desde China, Alemania, España y México, mediante transportes urgentes y agilizar al máximo los trámites de aduana. Sin la colaboración y participación directa de la Central de Norte Durango, durante la construcción, puesta en marcha y ahora en la operación, no habría sido posible lograr el objetivo del proyecto.
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